Por Edgar Soriano Ortiz
Honduras al igual que los otros países latinoamericanos y del mundo ha tenido que sufrir los embates la esclavitud y la imposición imperialista. Por ello la lucha por transformar la nación en un país de igualdades sociales pasa por construir la idea revolucionaria de cambio al socialismo en la conciencia colectiva; o sea que debemos construir desde abajo el poder popular, que solo se podrá adquirir con la generación de conciencia de clases, dejando a tras el individualismo que promulga la presa oligárquica. Es importante no caer en análisis simplistas enmarcados en la lógica institucional burguesa, creo que para algunas personas esto choca con su visión de hacer revolución después de una elección al estilo “latinoamericano”, por no decir al estilo “Honduras”. Pero el punto central no debe partir viendo al “poder”= gobierno, pues es hartamente conocida la visión de Marx, que a través de su análisis científico-filosófico muestra que en la lucha de clases el poder lo tiene el que controla los medios de producción. La lucha popular que se gesta en diferentes partes del mundo es contra la lógica sistémica, creo que no debemos caer en los errores del pasado, me refiero al “stalinismo” y sus diversas manifestaciones de centralización impositiva. Se debe entender que este contexto se ha venido forjando –desde mayo del 68- como el camino de construcción colectiva para vencer el sometimiento al trabajo a favor del gran capital. La lucha es, entonces, contra el capitalismo, que es voraz en cualquiera de sus manifestaciones (no solo en su estadio neoliberal), el estado imperialista de EEUU bombardea brutalmente y ejecuta el gran negocio por mandato de las grandes multinacionales que saquean recursos, esclavizan, dan golpes, provocan guerras, etc…
Como veo anteriormente la batalla contra la barbarie trasciende a la simpleza de la institucionalización de la lucha política-tal como lo hace el frente amplio de Uruguay y que en nuestro caso los poderes fácticos presionan a Zelaya- para frenar el avance de construcción de la resistencia global desde el pueblo en colectividad solidaria. Así como en Bolivia, donde el pueblo de Cochabamba se levantó contra la transnacional (año 2000 y la lucha sigue, de es levantamiento popular se logró la llegada al gobierno de Morales) que saqueaba el recurso vital del agua. En Honduras debemos tomar en consideración este nuevo contexto de lucha desde abajo, o sea desde la aldea, el barrio y el rinconcito donde le sobreviven al sistema miles y millones de harapientos, “jucos” o “chusmas” como nos dicen los golpistas locales. Sé que la lucha no es fácil, pero de eso se trata, no solo es tomar el camino más fácil, que al final es el más difícil para transformar una sociedad.
Mi criterio ante los y las que promulgan la simpleza, como lo acabo de leer en un escrito del escritor Oviedo, que asegura que la resistencia se equivocó cuando no asistió a las elecciones ilegitimas del 2009, mi reflexión ante dicha aseveración es que los equivocados son los que piensan coyunturalmente y sin buscar el problema de manera estructural. Con ello no niego que la resistencia busque todas la alternativas de lucha, pero no se debe contener la energía de conciencia de clase que tras el criminal golpe que perpetuo la burguesía hondureña con asesoramiento de la derecha internacional y del Departamento de Estado yanqui.
Ahora la lucha por construir un nuevo país socialista, sin tener miedo de decir SOCIALISTA por tener cálculos políticos, para expresar que la sobrevivencia de la humanidad frente la barbarie del mercado transnacional es el camino al socialismo humano….
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