
En la represión de ayer, el criminal volvió entre los maestros, pero esta vez, de uniforme y golpeando salvajemente a quienes lo soltaron sin daño alguno.
El delincuente golpeaba con rabia y saña y fue reconocido por los mismos maestros que lo mostraron ante la asamblea.
¡Ni un infiltrado más indenme!
¡Ni un infiltrado más sin su merecido!
¡Ni un infiltrado más que se burle del movimiento popular!!

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