sábado, 25 de septiembre de 2010

A 1 año de la muerte de Wendy Ávila


Cada vez que enterramos un mártir, algo de nosotros se muere, un
pedazo hermoso de todos se pierde para siempre. Wendy Ávila era
estudiante de Derecho de la Universidad Tecnológica de Honduras, en
algún momento habremos cruzado miradas en los fríos pasillo de la
facultad, habremos sonreído para escapar de los comentarios fascistas
del resto del estudiantado que viven encerrados en su burbuja sin
entender que el mundo se extiende más allá de los jardines del campus;
seguramente, al igual que muchos, guardó silencio ante la hostilidad
del ambiente que nos condena a vernos minoría cuando no lo somos. Pero
siempre fue firme, contundente con su voluntad porque estaba segura
que luchaba por un mejor país.

Ella Tenía 24 años y junto con su compañero se vinculó de lleno en la
resistencia desde el primer día de esta agotadora pesadilla. Cuando la
conocí hacía su trámite migratorio para pasar al lado del Ocotal,
Nicaragua, desde donde Mel Zelaya llamó a sus seguidores a mediados de
Julio. Venían cansados y emocionados, habían dejado la motocicleta
varios kilómetros atrás y caminaron por muchas horas hasta lograr la
osadía de llegar a la frontera de las Manos. “Venimos hasta aquí
porque estamos dispuesto a darlo todo por el retorno a la democracia”,
me dijo con voz firme, “no podemos permitir que nos quiten lo poco que
hemos logrado en Honduras”. Luego se alejó tomada de la mano de su
esposo y cruzaron la frontera.

El día de hoy la vi nuevamente, su cuerpo muerto en el podium del
auditorio del salón del STIBYS parecía tan distinto del de aquella
joven llena de vida que grabara con mi cámara semanas antes. Su muerte
fue causada por complicaciones respiratorias a causa de los gases
lacrimógenos lanzados durante el violento desalojo del martes pasado.
Su martirio, a la vez que me recuerda que la gente que muere es gente
como yo, se suma a la larga lista de hombres y mujeres víctimas de la
barbarie fascista del desgobierno de Micheletti.
Anoche en cadena de radio y televisión el desgobierno lanzó un
ultimátum de 10 días para que Brasil “aclare” el estatus migratorio de
Manuel Zelaya. Sus palabras fueron amenazadoras y parecía más una
advertencia para Zelaya que para Lula da Silva.

Cancillería sabe que Brasil no puede responder a su ultimatum, este
gobierno no es reconocido por un solo país del continente y responder
a su advertencia es un reconocimiento tácito del mismo. Pero están
creando las condiciones nacionales para que los medios golpistas le
encubran una eventual agresión a la sede diplomática con el pretexto
que, al no responder a dicho ultimatum, el estatus diplomático del
edificio habría desaparecido.

De igual manera ayer el ejecutivo aprobó un decreto apretando aún más
las restricciones sobre el pueblo hondureño. La libertad de
movilización, asociación, la huelga, el paro, la protesta que han sido
siempre reprimidas ahora pretenden encontrar un marco legal que le
permita al régimen encarcelar a los infractores del ilegal decreto.
Pero lo más delicado constituye en todo caso la posibilidad de cierre
de los medios de comunicación voceros de la resistencia: Radio Globo y
Canal 36. Dos medios que llevan 3 meses recibiendo agresiones y
amenazas. El día de ayer, en horas de la tarde, murió asesinado a
manos de sicarios el sobrino de Alejandro Villatoro, propietario de
Radio Globo. La policía dijo fue una muerte provocada por el crimen
común, no mencionan que este se ha convertido en un brazo más del
régimen.

¿Cómo conjugan estas dos acciones, el utimatum y el decreto mordaza?
Sacando del aire a los medios de comunicación que hasta el momento han
servido como enlace entre las distintas acciones de la resistencia,
especialmente necesarios ahora que las mismas se han dispersado a todo
lo largo y ancho de la ciudad capital, le permitiría al régimen el
espacio necesario para impedir que Manuel Zelaya se comunique con su
pueblo, haciéndolo un prisionero dentro de la sede diplomática
descabezando de esta manera la resistencia. Por otro lado, podría
permitirle ingresar violentamente a la sede diplomática sin tener una
respuesta inmediata de los distintos focos de resistencia del país.

Pero la dictadura y sus caros asesores israelitas podrían estar
cometiendo una vez más un error de apreciación de la resistencia. Si
bien Manuel Zelaya y su cautiverio en la embajada brasileña es en la
actualidad el epicentro de la crisis política que vive el país, es
mentira que sacándolo del escenario (por medio de la cárcel o por
medio de la muerte), van a lograr desmovilizar al pueblo. Mel Zelaya
ha convocado un paro nacional y movilizaciones de todo el país hacia
la ciudad capital; seguramente su llamado tendrá eco entre la
resistencia aunque seguramente la represión intentará impedir las
acciones. Pero una cosa debe quedar claro, la única razón por la que
la resistencia se mantiene dentro de la estrategia no violenta es por
el llamado del presidente Zelaya a la misma. Sacarlo la escena
política será la chispa que el pueblo necesita para prender en llama
cada rincón de este país.

La dirigencia está cansada y no se atreven a tomar el paso a seguir
dentro de la lucha hondureña. Las condiciones están dadas, con o sin
la dirigencia, con o sin Manuel Zelaya, para iniciar la insurrección
popular y la generalización de la represión por parte del régimen no
es sino respuesta y causa de la misma. Dentro de esta lucha, cada
calle se convertirá en una trinchera a defender. ¨Tenemos las armas”,
decía una señora hoy en la asamblea frente al cuerpo de Wendy Ávila,
“permítannos usarlas para defendernos”, concluyó. Si Manuel Zelaya
desaparece, nadie necesitará pedir permiso.



Texto escrito hace un año por Oscar Estrada, miembro AenR

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Artistas en Resistencia

¡Boicot contra Facussè!
¡La próxima vez que te acosen cántales esta canción!
NO ME GUSTA por Karla Lara y Solistas