Mauricio Santos habló en Fuco Buxán (España) sobre Artistas en Resistencia de Honduras

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El 28 de junio de 2009, Honduras vivió uno de los capítulos más tristes de su historia reciente: un golpe de Estado envió al exilio a su presidente electo, Manuel Zelaya, y dio paso a un estado de excepción dirigido por Roberto Micheletti. La reacción de la comunidad internacional fue, en general, de condena, aunque tras las elecciones de noviembre y la subida al poder de Porfirio Lobo, el posicionamiento de muchos gobiernos, incluido España, dio un giro de 180 grados.
Desde los primeros momentos del golpe empezó a organizarse un Frente Nacional de Resistencia al que se sumaron numerosos colectivos, como el de Artistas en Resistencia del que forma parte Mauricio Santos, que acudió ayer a la nueva sede de la asociación Fuco Buxán para explicar la situación en la que está el país y los pasos que está dando la oposición ante un gobierno que siguen calificando de ilegítimo. “No puede ser legítimo porque surgió de algo que no lo fue”, matizó Santos.

Partiendo de que un golpe de Estado es siempre “terrible”, Santos admitió que ha servido “para despertar conciencias unidas por un objetivo común –el rechazo al golpe– y para crear espacios de intercambio y convivencia entre movimientos diversos”. El joven hondureño aseguró además que el propósito de la resistencia es “crear una agenda política alternativa al sistema dominante en el país” que permita ampliar su base social y dar así mayor respaldo a sus demandas, que pasan por la convocatoria de la Asamblea Nacional Constituyente, un nuevo pacto social y, en definitiva, la refundación de un país asolado por una violencia creciente en los últimos meses. “Honduras es el tercer país más pobre de la región –el 70% de la población–, con índices elevados de criminalidad y con una concentración de la riqueza en diez familias”, recordó Santos, que esgrimió los más de 5.300 asesinatos de menores de 23 años que ha habido en la última década en el país centroamericano.

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Mauricio Santos reconoció que tanto la situación interna del país como el contexto internacional son menos favorables ahora al movimiento de resistencia hondureño, pero destacó la consolidación del frente y la adhesión de cada vez más ciudadanos al mismo, como prueba el hecho de que hayan recogido más de 1,3 millones de firmas –el país no llega a los 8 millones– para respaldar la convocatoria de la Asamblea Nacional Constituyente. “Lobo fue elegido con 500.000 votos”, señaló Santos, quien, además, manifestó que la política de su gobierno con respecto al movimiento se basa en “obviar nuestra existencia, invisibilizarnos, y, en los últimos tiempos, tratar de desacreditarnos acusando a algunos de sus miembros de asociación ilícita o vinculándolo a las pandillas juveniles”.

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