Después de 23 años de ejercer un poder total y siniestramente corrupto, Ben Ali , el militar tunecino formado en la más prestigiosa academia de Francia, este último 14 de enero ha sido echado del poder.
El acontecimiento no ha dejado de sorprender a muchos “ analistas y “ expertos “ internacionales y a sus voceros mediáticos quienes solían afirmar que con el régimen de orden instaurado por Ben Ali el pueblo tunecino estaba bien servido y bien sedado . En tal sentido se derretían dulzuras y elogios hacia esa ilustre autoridad que garantizaba una seguridad absoluta para las inversiones.
Se alababa a un pueblo “verdaderamente occidentalizado “, civilizado , cuya obediente pasividad era ejemplar en el convulso mundo musulmán. Esa mano de obra, por lo demás, barata y “ sumisa “ permitía sin riesgo la deslocalización de los negocios del capital transnacional .
Ben Ali, en efecto, le impuso a sangre y fuego a su país un régimen económico neo liberal que al inicio encandilaba la visión de las gentes pero que con el tiempo empezó a revelar su perversa inequidad. El país se empobreció a niveles intolerables. Unas cuantas familias, por otro lado , con mentalidad lacaya también se beneficiaban de esa ruta hacia el “ progreso “. La esposa del dictador y sus allegados conformaron una pandilla voráz que acumulaba las ricas migajas que se desprendían de esta macabra danza inversionista. Acumularon fortunas gigantescas, ostentosas, que abofeteaban la dignidad de un pueblo que se sentía cada vez más acorralado por los deformados rostros de la miseria y la indignidad.
Siendo que el cinismo del poder está también globalizado, las cúpulas políticas de los países neo colonialistas, en este caso algunos que forman parte de la unión Europea (incluyendo a España cuyas inversiones en Túnez no son despreciables) derramaban elogios sobre el déspota. Sarkozy, el de Francia , en el año 2008 afirmó que en esa su ex colonia lo que existía era “ una robusta democracia” y el ex presidente Chirac, eso se dice , solía hablar del tirano como “ de un alumno ejemplar “. Para otros Gobiernos como el de U. S. A. , el apoyo incondicional al régimen “ democrático” de Ben Ali es vital para detener el cada vez más extendido rechazo a las políticas de ese país en el mundo musulmán. No en balde la mortífera VI flota de los Estados Unidos ronda, día y noche y cerca de Túnez, las aguas del Mediterráneo
La desinformación sobre lo que de verdad venía ocurriendo en Túnez era casi total para la mayor parte de los habitantes del planeta. Parecía que en ese bello país situado en el norte de África todo marchaba sobre las ruedas quietas de la sumisión.
Sin embargo, un día 17 de diciembre del 2010, inesperadamente, todo cambio de un tajo. Un joven, con título universitario, Mehamed Bouazizi de 26 años, después de recibir una bofetada de un policía que le impedía manejar un modestísima negocio de ventas de frutas, se inmoló en un espacio público. Su cuerpo ardiendo fue llevado al hospital en donde falleció algunos días después. Esa Inmolación, al estilo oriental, galvanizó con furia la ira popular acumulada y las calles fueron tomadas por una rebelión espontánea inspirada con consignas que hablan de dignidad y libertad.
Se desató una lucha desigual contra una sofisticada maquinaria bélica en la cual el uso de gases, metralletas, violencia torturas y asesinatos no podía faltar: hasta ahora han sido más de cien los muertos, mil heridos, centenas de detenidos. La energía de la desesperación y el odio de todo un pueblo pudieron más que el terror oficial. El General Rahid Amar jefe de las fuerzas terrestres dio la orden de no disparar contra las multitudes, las demás ramas de ejercito igual. Ante esto, la policía hizo suyo el vandalismo. Total: la debacle.
El fantoche huyo de su guarida y después de un vuelo casi fantasmal en el que no se le permitió aterrizar en tres países Europeos, en la madrugada de de ese 14 de enero, terminó refugiándose en la tierra de ese otro brutal dictador que gobierna a la Arabia Saudita. Los países europeos le habían dado la espalda a “su alumno ejemplar “. Ya no les servía. Para Ben Ali, la tragicomedia había terminado.
Es cierto que en Túnez, hasta ahora, lo esencial no se ha modificado. Las estructuras del poder continúan intactas pero el ejemplo de esa revuelta pueda que se expanda hacia otros espacios también regidos por prolongadas dictaduras “ democráticas”, aliadas al capital global, y sobre las cuales los órganos mediáticos ocultan las bases del terror en que se asientan. Marruecos, Egipto, Argelia, Libia pueden ser los próximos escenarios de esta incontenible subversión mundial. La VI flota de los Estados Unidos de América, vigila .
Rafael Murillo Selva
Tegucigalpa 17/enero/2011
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