viernes, 8 de abril de 2011

El neomacarthismo, las listas negras de Lobo y las fichas sobre la mesa



En 1950, Estados Unidos inició el período del “Macarthismo”, doctrina conocida por la persecución de supuestos simpatizantes comunistas y “antisociales” en el seno de una Norteamérica polarizada por la guerra fría. Estas listas incluía actores de cine, artistas y activistas sociales, empresarios y maestrxs, muchxs maestrxs.

Las listas negras no son nuevas en la historia. Las hubo en la antigua Roma en los tiempos de Lucio Cornelio Sila. Las hubo durante la edad media, cuando las facilitaba el vaticano. En Honduras hemos tenido otros macarthismos. Durante el Cariato con la Ley Fernanda, durante los setenta en la dictadura militar, durante los ochenta con la doctrina de seguridad nacional.

En nuestra historia no son nuevas las listas negras, no son nuevas las acusaciones infundadas de adefesios jurídicos como “traición a la patria” o sedición. No son nuevas tampoco las cacerías de brujas. No es nueva la actitud de Lobo Sosa que ha publicado –tal y como lo prometió a finales de marzo- una lista de 305 maestros y maestras “suspendidxs” –sin audiencia de descargo- por dos meses del ejercicio del magisterio: Lobo Sosa necesita de esa lista negra para negociar.

Luego de una intensa jornada de lucha en las calles, el magisterio se vio obligado a un “repliegue” de fuerzas para evitar dar argumentos al gobierno que constantemente acusa al gremio de la crisis educativa.

El repliegue, si bien necesario, colocó al magisterio en una posición de desventaja frente a la negociación. La ley de fortalecimiento de la educación pública fue aprobada en el Congreso Nacional cuando el magisterio estaba aun en las calles. Lo que el régimen no cedió en las calles, menos cederá en la mesa. ¿Qué está negociando ahora el magisterio con el desgobierno?

Esta claro que los procesos judiciales en contra de maestros y maestras acusados de cualquier cosa no han prosperado, pues si bien “elegítimo”, el régimen necesita mantener cierta fachada de “legalidad” especialmente vista hacia fuera.

Los 305 maestrxs suspendidxs por Lobo Sosa y el Ministro Ventura son ahora la ficha en la mesa, el movimento de ajedrez que el magisterio vio venir, pero no puedo preveer. La presión del magisterio irá ahora a su reincorporación, Lobo negociará con la dirigencia y si gana el gremio o no, lo cierto es que atrás quedará la ley de privatización de la educación pública.

Oscar Estrada
Miembro equipo coordinador
Artistas en Resitencia

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