Revolución De-Mente
Lo sociedad es producto de la interacción de sus miembros; pero también es el espejo sobre el cual se refleja el grado de desarrollo de los medios de producción y las relaciones que de éstas provienen. La sociedad en primera instancia es una construcción individual, para luego pasar a ser una colectividad de individuos e individuas interactuando.
Nos han acostumbrado a ver hasta donde nuestros ojos nos lo permiten, y nos dicen retrógradas o ilusos o ilusas si pensamos que el pasado es una enseñanza y el futuro una utopía. Nos hemos creído todas las mentiras y mundos inventados que desde siempre nos han querido hacer creer, y nos han tildado de locos y locas dementes si decimos que las cosas no son como parecen. Nos han dicho que nos tenemos que callar y que tenemos que ser obedientes, y nos han despedido, expulsado o gaseado si expresamos nuestro malestar. Nos han dicho que la felicidad se limita a tener dinero, un buen empleo y tener “éxito”, y nos han dicho despectivamente “hippies” o vagos y vagas por pensar que el amor es la fuerza motora del mundo. Nos han obligado a ser sumisos y a no replicar, y nos han matado cuando gritamos y pataleamos.
La vida es un tren a ultranza por el ingrávido firmamento, un certero relámpago que florece frente a nuestras pupilas, un atroz frío recorriendo el tuétano de nuestras vivencias. Y es responsabilidad nuestra decidir el cómo afrontar la realidad que se nos es impuesta; es nuestro deber luchar por ajusticiar lo injusto, permitir lo prohibido, levantar al caído, hacer gritar al callado, enojar al sumiso, revivir al muerto, derribar lo impuesto, sensibilizar al deshumanizado, ¡cambiar los establecido!, es nuestro deber ver más allá de la densa nube de humo que lanza la monstruosa maquinaria del sistema, y ver el idílico horizonte dibujarse en la sonrisa de una niña vendiendo tortillas o el mar estrellarse en los ojos de un niño pidiendo pan.
Nos han hecho creer que la libertad reside en dinero para poder comprarla. Nos han dado la ilusión de que podemos decidir el futuro de nuestras vidas, cuando en realidad lo único que podemos decidir es no suicidarnos a diario, hartos y hartas del mismo circo infernal de siempre; una ilusión de libertad que equivale a 10 metros cuadrados de un suelo ya comprado, donde nuestras decisiones varían entre comprar una camisa costosa o alimentarnos. Quieren que actuemos bajo sus preceptos culturales para que sea más fácil arrearnos al corral de la pobreza y la desesperanza.
Por todo esto y mucho más, es preciso que miremos con el corazón y no con los ojos, que construyamos con esperanza y no con concreto, que sembremos amor para cosechar felicidad, que caminemos con el único fin de volar, que revolucionemos el mundo, pero que antes nos revolucionemos individualmente, que si paramos de soñar únicamente sea para hacer realidad nuestros sueños, que tendamos puentes idílicos y lógicos entre la ilusión y la realidad, que veamos en la gente no un medio sino un fin, que si peleamos una guerra la matemos antes de morir, que escribamos la historia de nuestras vidas y acciones con la tierra y fragor de nuestro pueblo, que la utopía sea siempre el sol que nace en el horizonte, por todo esto y más, es preciso que la Revolución sea De-Mente!
Frente Revolucionario Artístico Contra Cultural (FRACC)
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